sábado, 3 de septiembre de 2011

mi potencial otro yo

Hoy a la tarde estaba leyendo la última Rolling Stone, la revis que le/nos compro todos los meses a Guille (además compramos THC y El Gourmet) bue... estaba leyendo la RS y veo una nota que le hacen a una periodista, panelista de un programa de tele. La foto que ilustraba era ella, con su mate tuniado de Marilyn, la notebook, el Página/12, la Barcelona... en su cocina de su "PH de San Telmo", decía.
Mientras leía la mente se me disparó con la pregunta: Qué habría pasado si después de recibirme de periodista, en el año 2001, en vez de volver a BRC me quedaba en BUE haciendo carrera?
Pasaron 10 años ya, y en realidad volví de vacaciones pero me quedé, sin planes allá, sin planes acá... pero acá me resultó mas... lindo? distinto? oportuno? no se...
Varias veces he pensado en eso... la mente se me dispara, sin melancolía, sin reproches, sin tristeza, respetando siempre que hice,en definitiva, lo que quise, pero mas bien lo pienso ya como una fantasía, como algo que jamás va a ocurrir, pero que me divierte pensarlo.
La chica de la nota contaba de su trabajo en una revista K -muy de moda todo lo de los medios K últimamente- y lo digo hasta con inocencia, porque a BRC todo llega suaaaaaaaaaave (como la tortuga de Nemo: suaaaaave) Y más o menos, digamos... me siento mas K que X o Y... que se yo... Pero lo digo también desde mi linda-rutinaria-tranquila vida de casada-madre primeriza-devenida en pequña empresaria...

Pero hoy leía y envidiaba la vorágine porteña, la oportunidad perdida... a esta chica, digamosla corta! Porque lo que me llevó a los 17 a BUE a estudiar fue la política la Ciencia Política y siemrpe me gustó la militancia, el partidismo... después estudié en TEA y la política me siguió tentanto... pero... no se que pasó... nose... acá estoy....

Tengo una nena, que me pone en jake todo el tiempo (yo que la tenía tan clara!) 20 kgs de más, un marido con el que a veces es duro estar y es difícil compartir, pero al que amo mucho y al que elijo todo el tiempo de todas maneras, y tengo toda mi estructura montada, casi inamovible. Lo ayudo a mi marido en su restaurante y por mas que quiera, ya no tengo tiempo para militar en nada. Ya no soy tan valiente como cuando me subía a un camión para llegar a la Puna, ni a un bus para llegar a la selva ecuatoriana dónde a hora se matan por los hidrocarburos. Ya no tengo la autostima tan alta como antes cuando me podía meter a la cama un hombre que sólo me parecía guapo y divertido, cuando sólo buscaba la emoción del momento.

El tiempo ha pasado y todo lo que soy también lo he elegido. No me arrepiento de esto -de lo que fui /de lo soy- de nada, pero da vértigo ser testigo de uno mismo.


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